sábado, 14 de mayo de 2011

Chicas pimentoneras

Historias de la calle Pimienta.
1. Una chica mala, malísima.
Soukaina es una chica mala del barrio. Para empezar, os voy a decir algo de ella para que la vayáis conociendo: es alta, delgada, cara llena de espinillas, nariz salpicada de pecas, mirada perversa (pero, eso sí, cuando menos te lo esperas, sus ojos grandes parecen de miel y no es por el color, sino por lo tiernecito o lo triste que miran, pero eso pasa sólo cuando se descuida).
Soukaina parece siempre contenta cuando está con sus amigas, pero con el resto de la gente parece siempre dispuesta a la pelea.
Pues bien, para que veáis lo mala que es os contaré dos hazañas suyas recientes. La primera se titula Las playeras de Luisma, y es que sucedió lo siguiente:
Este Luisma estaba bastante satisfecho de sus nuevas playeras, que eran blancas con franjas rojas. Iba solo por la calle Pimienta y andaba como saltando, tranquilo porque para él, en ese momento, todo estaba bien, aunque ya tenía bastante hambre y pensaba en las albóndigas que le esperaban en casa. No sabía que la calle era una selva y que era observado por una fierecilla peligrosa; en efecto, Soukaina le acechaba con una de sus miradas, la malvada, la perversa.
Le sale al encuentro sonriente, le dice je, je, le hace una llave sujetándole por la nuca y los brazos, le derriba sin problemas, le tapa la boca con un trapo empapado de disolvente, le deja descalzo y se lleva las playeras blancas con franjas rojas, sin correr.
Pero Luisma se pone a llorar, no grita “me han quitado las playeras”, pero llora a gritos. Soukaina está todavía cerca y se ríe como una hiena, pero tiene la debilidad de mirar a Luisma, le ve pataleando en el suelo, se le pone la otra mirada, la triste o la dulce, vuelve molesta con ella misma por ser tan blanda, y le devuelve las playeras, eso sí, no se las deja ahí sino que se las tira a las narices y se va furiosa.
Luisma llega a casa llorando. Sólo está su hermano mayor, Iván, y le cuenta entre hipos lo que ha pasado. Iván no quiere pegar a Soukaina porque no es legal pegar a una chica, así que pide venganza a la hermana de Soukaina, una tal Sandra que no es precisamente una chica fina: “o lo arreglas tú o ya veremos lo que va a pasar aquí” le dice Iván.
Sandra entiende lo que tiene que hacer.
Las dos hermanas van juntas al Instituto, tan tranquilas. Pero ese día Sandra espera con el colmillo retorcido a que llegue a la puerta Luisma y, delante de él y del público asistente, y después de haberle gritado a su hermana algunas lindezas que no se pueden poner aquí, propina a Soukaina tres sopapos que se oyen en la carnicería de enfrente.
Soukaina se lanza a por su hermana, pero no la alcanza, y llora, y además moquea, y hay muchos que se ríen de ella, porque hay mucha mala gente.
2. La otra historia es de novios y esas cosas.
Soukaina tiene una amiga que se llama Nerea y que es casi tan mala como ella. Dicen que es atractiva, que tiene los ojos bonitos, que sonríe muy bien aunque algo torcida. Lo dicen, así que será verdad. El caso es que Nerea tiene una especie de novio.
Soukaina, por no ser menos que Nerea, tiene otra especie de novio. Lo que pasa es que la especie de novio de Soukaina dicen, aunque no sabemos si es cierto porque no lo conocemos, que es una especie de bestia que tiene el cerebro en los puños. Se llama Enrique.
Pues el caso es que Soukaina empieza a tontear con el novio de Nerea. Nerea al principio aguanta. Pero sólo al principio. Cuando se cansa de aguantar, rumia venganza, se pone furiosa, y va a hablar ¿con quién? Con Enrique, ese chico que dicen que es como una bestia etc. Enrique, con lo fino e inteligente que es, según dicen, ya os podéis imaginar cómo reacciona: no precisamente dialogando…
3. Conclusión
Total, que la pobre y malvada Soukaina, al final, recibe palos por todas partes. A mí me gustaría –es una opinión personal- que siguiera siendo muy malísima, pero que no recibiera tantos palos.