tag:blogger.com,1999:blog-27275749421386659382024-03-13T22:15:35.608-07:00HypsipilaJesús Carmena Martinezhttp://www.blogger.com/profile/03000954967004495084noreply@blogger.comBlogger5125tag:blogger.com,1999:blog-2727574942138665938.post-59745232065858566252012-06-03T22:26:00.002-07:002012-06-03T22:26:20.160-07:00Montegordo<br />
<div class="MsoNormal">
Montegordo es la playa de Vila Real de Santo Antonio, el
pueblo vecino de Ayamonte, de diseño perfectamente pombaliano, una especie de
Baixa en plan modesto. Montegordo en abril es algo aburrido. Me imagino que en
agosto dará más de sí, pero ahora apenas hay cuatro o cinco ejemplares rubios y hermosos (sobre todo una) alojados, no se sabe a cuento de qué, en uno
de los hoteles casi vacíos del lugar. Si descontamos a los habitantes del
espacio-tiempo a que me refiero, el resto son <i>idosos</i>, porque tienen mucha <i>idade</i>,
jubilados que ocupan el hotel más tradicional y que pasean por las calles y por
la playa como animales protegidos y bien cuidados de un zoo al aire libre. La
sociedad – que incluye autoridades, empleados del sector turístico y un párroco-
ha exhibido hasta ahora a estos especímenes con un no disimulado orgullo, como
presumiendo, con aires de decir “qué bien tratamos a todos excepto a los
drogadictos”. Pero esto ha cambiado radicalmente ahora: al abrirse la veda del copago, ya hay atisbos de que se empieza a incluir a
tanto <i>idoso</i> en la mirada agresiva que
se destina a los extranjeros pobres. Entre estos sujetos sometidos al vaivén de
la crisis, y cuyo conjunto también es conocido como el desguace, estoy yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Montegordo, siguiendo con el tema, es muy diferente de
nuestra amada patria en algunos detalles. Sí, porque cruzas el Guadiana y
cambia la organización. Pero mucho, en concreto lo concerniente a las bombonas
de butano, al adoquinado de las calles, a los contenedores de basura, al
negocio de las playas, al papel de los perros en la sociedad, incluso al
lenguaje, en fin, para qué seguir. En primer lugar parece mentira que, siendo
una zona residencial llena de casitas con jardín, produzca tan exigua cantidad
de vecinos con chándal y de perros vistosos. Sinceramente, perros esmerados
sólo hay dos. Puede que no sea lógico, pero es así. En mi barrio de Madrid, con
más o menos la misma densidad de gente, hay unos doscientos cincuenta cánidos
de esos tan pulidos, y el ochenta por ciento deja sus ñórdigas en la calle. Perros de asfalto sin amo hay en concreto
tres, pero con matices: uno, el más grande, hace muchas fiestas a según quién
pasa, y salta para lamerle la boca a uno
de ellos, lo que lleva a conjeturar que es cuidado a distancia por ciertos
miembros del espacio-tiempo aunque no lo alojen en su domicilio. Éste es
blanco. El segundo, pequeño y negro, tiene todas las trazas de encarnar un rol
fijo, e incluso solemne, en la comunidad de vecinos como aullador rutinario: se
pone en el centro de una calle peatonal y aúlla sin convicción y sin
estridencias, sin levantar excesivamente la cabeza, indiferente a toda la
caterva de pies que lo rodean, durante aproximadamente dos horas. El tercero
tiene bocio. Se me olvidaba, hay otro perro, pero no es de asfalto: Iba yo
caminando por las matas y rastrojos del campo y, como siempre, me entró el
capricho (sí, porque no era necesidad perentoria) de orinar al aire libre.
Cuando ya estaba todo dispuesto veo a un can macizo y policial a unos cincuenta
metros. Sin guardar la compostura y con una ligereza impropia de mi edad le
evité.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Otras diferencias esenciales afectan a los contenedores,
mucho más especializados que en nuestra patria. Los de las zonas hoteleras,
por ejemplo, son como setas hundidas en el adoquinado, gigantescas, circulares
y excavadas en el suelo. Deben de ser sólo para enormes bolsas de basura. Y
muchos amos de casa llorarán de emoción al saber esto: hay contenedores de
color verde destinados al aceite usado ¿No es maravilloso? Que los amos de casa
no tengan que reunir litros de aceite sucio para llevarlo a un punto limpio es
emocionante <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Y qué decir del adoquinado? Pues depende de cómo se mire,
pues ya sabemos que todo es relativo. Por una parte, bien; por las partes
propincuas a la playa los adoquines forman un piso estable, regular, homogéneo,
y la ancianidad puede pisar sin peligro de quedarse peor de lo que está. Pero
por el resto de las partes el suelo se ha adunado, quiero decir que, a
semejanza de las dunas, se curva de maneras caprichosas, siguiendo la
trayectoria de las raíces arbóreas, dejando adoquines sueltos por todas partes.
La culpa de este desaguisado hay que achacarla a las medias tintas: o eres
ecológico (y entonces no pones adoquines por todas partes intentando contener
la expansión furiosa de las raíces) o no lo eres (y entonces destruyes los
árboles antes de poner adoquines), pero la autoridad adoquinadora es tibia y propicia a las medias tintas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La gente portuguesa
es peculiar. Pasas el Guadiana, como ya he dicho, y cambia la organización. Por ejemplo, suelen
saber hablar español, cosa que a los españoles – que ni sabemos ni queremos
decir bom dia- nos suele parecer absolutamente natural y lógico. Pero su
lenguaje es distinto, incluso el de las crianzinhas y las gitanas que, sin
embargo, visten igual que en España. Lo más llamativo de su organización
lingüística es cómo llaman a sus peluqueros, nada menos que cabaleireiros. ¿Qué
español con un mínimo de prurito lingüístico no se va corriendo a cortar el
pelo al pisar suelo luso?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
También están organizadas de otra manera las playas. En
algunos países se permite teóricamente
una abusiva mezcolanza entre gente rica y pobre, en otras hay que pagar por
entrar; en este país que piso lo que importa es la geometría: Como si hubiera
venido el marqués de Pombal a organizarlo todo, la playa se haya dividida y distribuida
en cuadrados exactos, no lo dibujo porque no me apetece, pero es un cuadrado <i>concessionado</i> a una empresa, otro a
otra, un cuadrado libre, un cuadrado <i>concessionado</i>
a una empresa, otro igual, uno libre…en fin, el que se quiera enterar que
visite cualquier playa de por aquí. Los concesionarios de los diferentes
cuadrados, en lugar de prohibir terminantemente fumar (que sería lo más fácil)
o de poner grandes contenedores en la arena, adornan cada sombrilla de un
artilugio de color rojo, como un vaso con agujeros, de manera tal que la ceniza
cae a la arena y lo que se llama propiamente el pucho se queda en el vaso y se
puede tirar luego al contenedor. Si en
España se pusieran dichos objetos en las puertas de las empresas, colegios o
bares, o se obligase a los fumadores a poseer un vaso portugués, no estarían
estos lugares apestados de puchos. No lo digo por dar ideas, ni mucho menos. Y
no se crea que los cuadrados <i>concessionados
</i>son fruto de puro enchufe o nepotismo burdo. La concesión lleva aneja otras
responsabilidades además de la de colocar el vaso portugués, pues deben
contratar el servicio de <b>nadador
salvador. </b>A mí, la verdad, me gusta mucho esta denominación, me parece más
expresiva que la de <b>socorrista. </b>Y
sobre todo, más concreta y especializada, pues no nos lleva a un gilipollas de
esos que hacen favores a todo el mundo, que socorren por socorrer, con
paternalismo y ñoñez, sino a unos especialistas que salvan a uno que se ahoga,
y eso es lo que la sociedad demanda, un especialista<b> </b>(y perdón si me estoy alterando) Y para eso, claro, tiene que
nadar…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Jesús Carmena Martinezhttp://www.blogger.com/profile/03000954967004495084noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2727574942138665938.post-1867659308773459542011-05-14T00:29:00.000-07:002012-05-19T08:42:59.618-07:00Chicas pimentoneras<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 16pt;">Historias de la calle Pimienta</span>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt;">1. Una chica mala, malísima.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Soukaina es una chica mala del barrio. Para empezar, os voy a decir algo de ella para que la vayáis conociendo: es alta, delgada, cara llena de espinillas, nariz salpicada de pecas, mirada perversa (pero, eso sí, cuando menos te lo esperas, sus ojos grandes parecen de miel y no es por el color, sino por lo tiernecito o lo triste que miran, pero eso pasa sólo cuando se descuida).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Soukaina parece siempre contenta cuando está con sus amigas, pero con el resto de la gente parece siempre dispuesta a la pelea. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pues bien, para que veáis lo mala que es os contaré dos hazañas suyas recientes. La primera se titula <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las playeras de Luisma</i>, y es que sucedió lo siguiente:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Este Luisma estaba bastante satisfecho de sus nuevas playeras, que eran blancas con franjas rojas. Iba solo por la calle Pimienta y andaba como saltando, tranquilo porque para él, en ese momento, todo estaba bien, aunque ya tenía bastante hambre y pensaba en las albóndigas que le esperaban en casa. No sabía que la calle era una selva y que era observado por una fierecilla peligrosa; en efecto, Soukaina le acechaba con una de sus miradas, la malvada, la perversa. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Le sale al encuentro sonriente, le dice je, je, le hace una llave sujetándole por la nuca y los brazos, le derriba sin problemas, le tapa la boca con un trapo empapado de disolvente, le deja descalzo y se lleva las playeras blancas con franjas rojas, sin correr. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero Luisma se pone a llorar, no grita “me han quitado las playeras”, pero llora a gritos. Soukaina está todavía cerca y se ríe como una hiena, pero tiene la debilidad de mirar a Luisma, le ve pataleando en el suelo, se le pone la otra mirada, la triste o la dulce, vuelve molesta con ella misma por ser tan blanda, y le devuelve las playeras, eso sí, no se las deja ahí sino que se las tira a las narices y se va furiosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Luisma llega a casa llorando. Sólo está su hermano mayor, Iván, y le cuenta entre hipos lo que ha pasado. Iván no quiere pegar a Soukaina porque no es legal pegar a una chica, así que pide venganza a la hermana de Soukaina, una tal Sandra que no es precisamente una chica fina: “o lo arreglas tú o ya veremos lo que va a pasar aquí” le dice Iván. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sandra entiende lo que tiene que hacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las dos hermanas van juntas al Instituto, tan tranquilas. Pero ese día Sandra espera con el colmillo retorcido a que llegue a la puerta Luisma y, delante de él y del público asistente, y después de haberle gritado a su hermana algunas lindezas que no se pueden poner aquí, propina a Soukaina tres sopapos que se oyen en la carnicería de enfrente. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Soukaina se lanza a por su hermana, pero no la alcanza, y llora, y además moquea, y hay muchos que se ríen de ella, porque hay mucha mala gente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
2. <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt;">La otra historia es de novios y esas cosas</span></i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Soukaina tiene una amiga que se llama Nerea y que es casi tan mala como ella. Dicen que es atractiva, que tiene los ojos bonitos, que sonríe muy bien aunque algo torcida. Lo dicen, así que será verdad. El caso es que Nerea tiene una especie de novio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Soukaina, por no ser menos que Nerea, tiene otra especie de novio. Lo que pasa es que la especie de novio de Soukaina dicen, aunque no sabemos si es cierto porque no lo conocemos, que es una especie de bestia que tiene el cerebro en los puños. Se llama Enrique. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pues el caso es que Soukaina empieza a tontear con el novio de Nerea. Nerea al principio aguanta. Pero sólo al principio. Cuando se cansa de aguantar, rumia venganza, se pone furiosa, y va a hablar ¿con quién? Con Enrique, ese chico que dicen que es como una bestia etc. Enrique, con lo fino e inteligente que es, según dicen, ya os podéis imaginar cómo reacciona: no precisamente dialogando…<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt;">3. Conclusión<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Total, que la pobre y malvada Soukaina, al final, recibe palos por todas partes. A mí me gustaría –es una opinión personal- que siguiera siendo muy malísima, pero que no recibiera tantos palos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p> </o:p></div>Jesús Carmena Martinezhttp://www.blogger.com/profile/03000954967004495084noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2727574942138665938.post-14147759916919296522009-05-16T13:59:00.002-07:002009-05-16T14:01:11.370-07:00PatioJesús Carmena Martinezhttp://www.blogger.com/profile/03000954967004495084noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2727574942138665938.post-66595159393680691452009-05-16T13:59:00.001-07:002012-05-19T08:43:54.736-07:00Han vuelto<img src="https://encrypted-tbn0.google.com/images?q=tbn:ANd9GcT3ssLXmF08maUKnqvWdmU-Oi-PEVtTBNVD7wiwe5Z97JlNIKlH" /><br />
<b><br /></b><br />
<b><br /></b><br />
<b>Han vuelto</b>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Me había casi resignado a no verlos. Otros más vistosos
ocupaban su espacio, o más grandes. Mirlos, palomas, urracas…A estos nuevos no
les reprocho casi nada, sobre todo ahora que están dinámicos y juguetones tejiendo
los nidos. Pero mis preferidos son los gorriones. Faltaron o los eché en falta
durante casi un año y yo pensaba que habían desaparecido, ese concierto de piares en los árboles y en
las aceras. Suponía que les había faltado competitividad y se habían retirado.
Pero un buen día de primavera, cuando ya el recuerdo de Claudio Rodríguez se me
estaba perdiendo entre las líneas borrosas de los sueños, ahí estaban ellos,
pardos, cotidianos, insignificantes, inquietos, los pájaros de asfalto. No son
tantos como antes, pero ya anidan otra vez y son suficientes para recordar nítidamente al
poeta, tan sencillos y tan a la mano como él, tan necesarios.<o:p></o:p></div>Jesús Carmena Martinezhttp://www.blogger.com/profile/03000954967004495084noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2727574942138665938.post-61641400475469826872009-05-13T12:11:00.000-07:002009-05-13T12:18:22.165-07:00NostalgiaPara empezar, un cuento de lesbianas:<div><div class="Section1"> <p class="MsoNormal" align="center" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:center; line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><!--[if supportFields]><span lang="ES-MX" style="'line-height:114%;mso-ansi-language:ES-MX'font-size:18.0pt;"><span style="'mso-element:field-begin'"></span></span><span style="';font-size:18.0pt;"><span style="'mso-spacerun:yes'"> </span>SEQ CHAPTER \h \r 1</span><![endif]--><!--[if supportFields]><span lang="EN-US" style="'line-height:114%';font-size:18.0pt;"><span style="'mso-element:"></span></span><![endif]--><span lang="ES-MX" style=" line-height:114%;mso-ansi-language:ES-MXfont-size:18.0pt;">Plácido</span><span lang="ES-MX" style="line-height:114%;mso-ansi-language: ES-MXfont-family:Calibri;font-size:18.0pt;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="margin-top:0cm;margin-right:0cm; margin-bottom:9.9pt;margin-left:36.0pt;text-align:center;text-indent:-18.0pt; line-height:114%;mso-list:l0 level1 lfo1;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="line-height:114%;font-family:Calibri; mso-fareast-font-family:Calibri;mso-bidi-mso-ansi-language: ES-MXfont-family:Calibri;font-size:14.0pt;"><span style="mso-list:Ignore">0.<span style="font:7.0pt "Times New Roman""> </span></span></span><span lang="ES-MX" style=" line-height:114%;mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:14.0pt;">Cumpleaños de Dulcinea<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Ya he podido leer el famoso cuento,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>porque hoy he cumplido doce años. Mis madres me lo tenían prometido desde hace mucho, desde que empecé a hacer preguntas difíciles. Ahora mi madre preferida, Silvia, <span style="mso-spacerun:yes"> </span>me tendrá que explicar algunas cosas que no entiendo bien, sé que me lo explicará perfectamente, me fío de ella. Odio al imbécil que mató a mi padre biológico, más que por matarle porque no entendió a Plácido. En realidad, parece que no entendió nada, porque yo lo único que sé realmente es que los tres se querían y me querían a mí desde antes de que yo naciera. Para mí, el único defecto que tuvo mi padre fue ser amigo de ese maniático envidioso. Todo lo demás que he sabido de él, sus fotos, sus versos y sus historias me parece perfecto y encantador. ¡Cómo me hubiera gustado conocerle! Y lo único bueno que veo en el que escribió lo que sigue es que se mató. También me hubiera gustado conocerle, <span style="mso-spacerun:yes"> </span>pero sólo para decirle lo estúpido que demuestra ser por llamar gorda a mi madre Natalia y por lo de la ortografía. <span style="mso-spacerun:yes"> </span>El relato a mí me parece bastante cursi y retorcido, pero era el único secreto que tenían mis madres conmigo. Y hoy ya no hay secretos para mí. Esto es lo que ese maldito imbécil mandó por carta certificada a mis madres hace doce años, con matasellos de Gijón, el seis de octubre de 2008.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:center; line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:14.0pt;">1. Nostalgia<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">A una edad en que lo más apropiado –desde mi punto de vista- es matricularse en<span style="mso-spacerun:yes"> </span>algún curso de baile de salón, practicar el pádel o incorporarse a dos o tres clubes<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de cicloturismo, él había fundado una ONG absurda, una ONG etimológica llamada <i style="mso-bidi-font-style: normal">Nostalgia</i>. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> class=Section2> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Plácido, la verdad, no estaba nada bien de la cabeza, pero eso no importaba mucho cuando se observa cómo está el patio. Había sido un funcionario cumplidor, de corbata negra, casi siempre afeitado, cordial y alegre con sus compañeros de trabajo y atento con los ciudadanos cuando requerían sus servicios. Pero, por mucha jovialidad que aparentara, vivía en un mundo raro y lejano. A punto ya de cumplir sesenta años, con tres nietos de los que sólo la mayor se movía con cierta gracia, mantenía con Silvia-la mujer más inteligente que conozco, aunque con faltas de ortografía- una sociedad normalmente tranquila y respetuosa de individuos<span style="mso-spacerun:yes"> </span>mutuamente despegados. Plácido tenía la mirada, como dicen de los habitantes de Babia, muy lejos, lo que no le estorbaba para manifestar, a veces hasta con palmadas, un entusiasmo pueril por cualquier cosa que se agitase alegremente, fueran pajaritos, hurones, ardillas o personas humanas.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Se las daba de intelectual con cierto motivo, pues llevaba varios lustros dedicándose en sus generosos ratos libres de funcionario, al gaélico, al obispo Berckeley<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y a<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la historia de Bizancio. El albanés lo dejó cuando sus hijos le convencieron de que era un idioma sólo para espías. No eran aficiones que le acercaran demasiado a la realidad circundante, pero pensaba acerca de ellas, y yo estoy de acuerdo, que tampoco molestaban a nadie. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Fundó<i style="mso-bidi-font-style: normal"> Nostalgia</i>, creo yo, por aburrimiento, pero, según los estatutos, para enseñar la historia de las palabras y sus diversas connotaciones a inmigrantes, especialmente a chinos y rumanos, a los que, previamente a su admisión, se les hacía un diagnóstico psicosocial. Aparentemente lo tenía todo racionalmente organizado y confiaba en el éxito del invento porque, según decía, siempre hay clientes curiosos para organismos raros.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Ni él ni yo podíamos prever el cataclismo y los desajustes que le ocasionaría esta caprichosa fundación. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt; mso-bidi-line-height:114%;mso-ansi-language: ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Nostalgia</span></i><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%;mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"> necesitaba un experto en puntos y comas, y en esa calidad me incorporé yo, que, con perdón, trabajé de corrector de estilo en una editorial de prestigio, aunque marginal. Ahora estoy jubilado, pero me educó Don Quiterio en San Fermín con el <i style="mso-bidi-font-style:normal">Miranda Podadera </i>y este libro me convirtió en<span style="mso-spacerun:yes"> </span>un obseso enamorado de la ortografía. Mi vida no tenía otro objeto que la perfección ortográfica. Ni me casé (mis novias me solían escribir con faltas de ortografía y las abandonaba fulminantemente, entre ellas a Silvia*) ni tuve trato carnal alguno fuera de mi irresistible asistente cubano, perfecto en la corrección ortográfica y en la caligrafía. Plácido también era de San Fermín, por cierto…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Pero centrémonos en el asunto, que no es precisamente mi vida privada: Contra mis lógicas previsiones, el engendro etimológico tuvo bastante éxito, mayor que el vaticinado por el fundador; a los dos meses teníamos un local grande con teléfono<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y tres habitaciones, y llegaban a las tertulias tantas personas raras que, a veces, ingresaban sin el perfil adecuado, por ejemplo, un disminuido psíquico catalán, un iraní transexual <span style="mso-spacerun:yes"> </span>y dos enormes camioneras argentinas. Algunos usuarios se movían muy alegremente, sobre todo los dominicanos, lo que entusiasmaba al fundador. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Pero la actividad etimológica fue haciendo caer a Plácido en la confusión; al principio por pérdida excesiva de energías y, más tarde, por complicaciones psicológicas: comenzó su declive abandonando los estudios de gaélico <span style="mso-spacerun:yes"> </span>y relegando a Berckeley, lo que, paradójicamente le fue alejando alarmantemente de la realidad circundante a la vez que se enfrascaba en ella. Se le <o:p></o:p></span></p> class=Section3> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">veía soñador, a veces en estado de languidez; le dio por comenzar a transcribir en versos alejandrinos absurdos la historia de Bizancio –que nunca abandonó-, en fin, empezó a cambiar para peor, según mi modesto entender.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>El hecho de que se pusiera pendientes y de que comenzara a lucir una coleta ridícula no tenía importancia, pero había otros signos, esos sí, bastante más alarmantes, a saber, su estrenada<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y extremada manía por la música barroca (que es siempre igual, se escuche al autor que se escuche, salvando a Purcell)<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y su decisión irrevocable de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>no intervenir en conversaciones de grupo porque, según él, en ellas no se buscaba la verdad sino el lucimiento personal. Fue este prurito, contrario a los usos sociales más agradables, lo que me obligó a mantener con Plácido largas conversaciones a solas que terminaron por constituir para mí una primera necesidad y me unieron afectivamente a él hasta la adicción, aunque sin llegar nunca a comprenderle del todo ni a estar de acuerdo con sus ideas. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">En septiembre del 2006<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Plácido había dejado ya de ser funcionario y se dedicaba de lleno a <i style="mso-bidi-font-style:normal">Nostalgia</i> y a la historia de Bizancio. Había cambiado radicalmente su atuendo y su presencia física, parecía renovado, más juvenil y suelto, y, paradójicamente, cada vez más atento a cualquier clase de novedad mientras se iba hundiendo en su brumosa y atractiva lejanía. Además de conmigo, mantenía conversaciones interminables con el único nativo de Camerún (casi siempre paseando) y, tomando cervezas, con una rumana rubia melómana llamada María. Estas conversaciones le habían hecho abandonar por completo la administración de la ONG, que llevaba exclusivamente yo con la ayuda intermitente del disminuido psíquico catalán. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:center; line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:14.0pt;">2. Natalia<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Ese mismo mes empezó el desbarajuste: Insistió en<span style="mso-spacerun:yes"> </span>asistir Natalia a nuestras reuniones, muy interesada en profundizar en determinadas palabras como <i style="mso-bidi-font-style:normal">urdimbre, mefistofélico, brisa, aventura</i> y otras. No tenía el perfil adecuado, porque era<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de Logroño, pero el diagnóstico detectó curiosidad intelectual, inteligencia emocional alta y sociabilidad exigua; la verdad fue que la aceptamos porque Plácido la quería como conversadora privada. Desde mi humilde punto de vista, Natalia no tenía nada de especial**, aunque era una mujer agradable y quizás algo más experta de lo que podía suponerse a sus veintisiete años: acababa de romper con su cuarto novio, que para ella había sido el absolutamente definitivo y tenía decidido que siempre iba ya a vivir sola, con hijos o sin ellos. Supe más tarde que este novio era un mal pintor de Cuenca y que se llamaba nada menos que Zósimo. Mi amigo Plácido no había detectado en ella nada de lo que él odiaba: ni era verborreica ni parecía posmoderna, ni se daba a la sonrisa tonta. Se movía sin represión muscular, casi de modo danzarín, a pesar de una notable obesidad lumbar, y su sentido práctico permitió afrontar pragmáticamente<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ciertas anomalías financieras de<span style="mso-spacerun:yes"> </span><i style="mso-bidi-font-style:normal">Nostalgia</i>. Hasta ahí, bien; pero, poco a poco, y siempre en mi humilde opinión, la atención que Plácido dedicaba a esta jovencita se hizo desmesurada y, por tanto, peligrosa. Ya está dicho que mi amigo no pisaba suelo real desde que dejó de estudiar gaélico. Ahora el problema era mayor, pues abandonó incluso la música barroca (creo que fue el único aspecto positivo de esta crisis) y se dedicaba con absurda exageración a la copla castiza.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Un día le pregunté abiertamente por qué estaba tan absorbido por la nueva,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>qué le pasaba. No dudó en contestarme que era justamente la chica que tantas veces había soñado encontrar desde que era joven y que, además, le recordaba muchísimo a un cuadro de la Virgen de los Dolores que tenía su madre en la habitación cuando él era niño e inocente. Me atreví a recordarle las edades de ambos, pero, con gran sorpresa mía me dijo: ¿Es que no sabes todavía que yo no piso suelo real? Me dejó desconcertado, pues no se me había pasado por la cabeza que él también fuera <span style="mso-spacerun:yes"> </span>plenamente consciente de su problema. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> class=Section4> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">La absoluta y absurda dedicación a la chica, a Natalia, le cambió bastante la vida: cuando le acompañaba a su casa por las noches le notaba nervioso, pendiente del móvil, ese artilugio que hasta hacía un mes odiaba (hay que advertir que, cuando su ex -jefe de negociado le quiso regalar uno en la última navidad, le dijo, con dulzura sí, pero con firmeza, que se lo metiera por el culo). Tarareaba sin cesar<span style="mso-spacerun:yes"> </span>o susurraba para sus adentros las letras sensibleras y reiterativas de sus coplas, y en definitiva, le creció como un cáncer incurable la ilusión, en su sentido etimológico (es decir, que se hizo mucho más ”iluso”). <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Mis sentimientos en aquella época eran<span style="mso-spacerun:yes"> </span>confusos: tengo que reconocer que estaba celoso. Era normal, yo ya me sentía afectivamente muy unido a él y estaba bastante harto de que hubiera abandonado las conversaciones íntimas conmigo después de haber prescindido del<span style="mso-spacerun:yes"> </span>camerunés y de la rumana. Ortográficamente hablando, Natalia era irreprochable, pero, por esos celos,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>comencé a verla como enemiga declarada. Me propuse<span style="mso-spacerun:yes"> </span>investigarla - tengo que confesar que con técnicas de dudosa honorabilidad- por ver si encontraba razones disuasorias que sirvieran a mi ex-amigo para abandonar su ilusión. Además de la historia de Zósimo, averigüé, por ejemplo, que se le morían todas las plantas interiores que le regalaban o compraba, lo que me pareció gravísimo; que no estaba tan sola como Plácido creía, pues compartía mesa y manteles con un grupo de tres cubanos de cuerpos arrebatadores (tuve el dolor de comprobar que uno de ellos era precisamente Iván, mi asistente cubano); que sus cuatro amigas más frecuentadas estaban, como si formaran parte de una secta esotérica,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>en avanzado estado de gestación, que tenía al lado de la oreja izquierda un gran lunar de color violáceo (el fundador no se fijaba en esas cosas, no pisaba suelo real)<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y, lo más definitivo para Plácido, que asistía a unas absurdas sesiones<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de astrofísica los jueves en compañía de Silvia, su mujer y mi ex novia. Naturalmente, me apresuré a dosificarle a mi amigo inteligentemente estas deshonestas averiguaciones, y mis esfuerzos tuvieron cierto premio, pero rematadamente contrario al que yo hubiera deseado. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom:9.9pt;text-align:justify;line-height: 114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Me lo anunció, yo le intenté disuadir ridiculizándole, pero lo hizo: Una tarde de enero de 2007<span style="mso-spacerun:yes"> </span>le planteó brutal y –me imagino- torpemente a la chica que estaba enamorado de ella. No me reveló la respuesta, no hacía falta, porque Natalia no era precisamente una ilusa, como él, sino una persona pragmática. De la clase de vergüenza que debió pasar me puedo hacer una idea, conociéndole. No sé si para huir de la indignidad o del sarcasmo, pero sin encomendarse a nadie, al día siguiente desapareció de nuestro local y de su casa. Su mujer y sus hijos me dijeron que no me preocupase, que le tenían localizado con el móvil, y que aceptaban de buen grado su decisión de aislarse. Pasó un año entero en el que, al parecer, Plácido vivió como un ermitaño dedicado a componer en más de quince mil versos de mester de clerecía la historia de Bizancio. Yo también decidí desaparecer, al menos de <i style="mso-bidi-font-style: normal">Nostalgia</i>; las decepciones sentimentales recientes, la ausencia de Iván, graves decepciones ortográficas <span style="mso-spacerun:yes"> </span>y el abandono de mi amigo me habían castigado y deprimido en exceso: fue un año nefasto para mí. La gestión y las reuniones de <i style="mso-bidi-font-style: normal">Nostalgia</i>, que permaneció pujante, quedaron en manos del catalán y de María. De vez en cuando, aunque yo no quería saber nada, ellos me informaban de novedades. Me decían que Natalia seguía asistiendo a <i style="mso-bidi-font-style: normal">Nostalgi</i>a<span style="mso-spacerun:yes"> </span>una vez a la semana, día que siempre aprovechaba para acudir a visitar a Silvia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center;line-height:114%; tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center;line-height:114%; tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:14.0pt;">3. Final feliz<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">El seis de octubre de 2008 me dieron una noticia que me conmocionó: Natalia estaba embarazada. No quise saber de quién, porque tenía la vehemente sospecha de que Iván me daba la puntilla definitiva.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Por<span style="mso-spacerun:yes"> </span>esa época ya le había despedido de mi casa sin miramientos,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ahora yo <span style="mso-spacerun:yes"> </span>vivía en absoluta soledad, enfrascado en el borrador de un nuevo libro de ortografía que las<span style="mso-spacerun:yes"> </span>academias de castellano estaban decididas a editar con novedades sutiles pero importantísimas y deprimentes. El diez de diciembre <span style="mso-spacerun:yes"> </span>me encontraba rigurosamente hundido porque la liberalidad de las academias en lo tocante a ortografía me habían destrozado mucho más que las aparentes traiciones de Iván, me sentía derrotado para siempre, y mi vida carecía de picores intelectuales, estaba dispuesto a acabar definitivamente con mi vida absurda y fracasada. Pero cuando ya<span style="mso-spacerun:yes"> </span>estaba decidido a protagonizar el primer suicidio ortográfico en la historia del mundo, recibí un mensaje de Plácido: “ven a verme a Gijón, calle tal y tal, inmediatamente” y otro mensaje, a la media hora, de su mujer: “ven a conocer a mi nueva nieta, hoy mismo”.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Pospuse provisionalmente mi proyectado vuelo al más allá y, en la disyuntiva de ambos requerimientos, decidí, naturalmente, acudir a conocer a la nieta, no me apetecía mucho el reencuentro con Plácido: en parte, por rencor; pero, sobre todo, porque, en mi opinión, estaba ya más fuera del mundo que yo.<span style="mso-spacerun:yes"> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Silvia, la mujer de Plácido, me acogió con amabilidad, nos encontrábamos solos después de casi cincuenta años, pues había tenido otras tres nietas sin haberme invitado a conocerlas. Tuvo a bien aclararme, en un tono confidencial que me sorprendió y me halagó, que la niña, Dulcinea, era realmente una nieta adoptiva procedente de una línea bastarda. Ni ella ni yo habíamos visto nunca un bebé tan hermoso, tan bien hecho como Dulcinea: estaba tan bien formada que parecía un milagro entre todos los bebés horribles y vociferantes que llenan el mundo. Su extremada belleza, sin embargo, no era óbice para que luciera un llamativo lunar violeta detrás de su oreja izquierda. No me dijo nada del padre, ni de la madre, no hacía falta. Fue ella la que sacó a colación el nombre de Natalia, de la que habló con un arrobamiento lúcido y sublime que me llegó a emocionar. Me despedí de ellas con pena, <span style="mso-spacerun:yes"> </span>sabiendo perfectamente el porqué de su inesperada llamada*** y el último servicio que el destino me estaba encomendando.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Aunque por esas fechas me encontraba siempre confuso y menoscabado de luces racionales, até cabos y lo comprendí todo. ¡Qué cretino había sido! ¡Que si<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Plácido no pisaba suelo real, que si estaba más fuera del mundo que yo! ¡La historia de Bizancio en verso...! ¡La puta que me parió!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Toda mi consistencia ortográfica y afectiva se había derrumbado como un castillo de arena en la playa, no me había tocado ni el reintegro en la lotería del mundo. Pero este convencimiento, que unos días antes me hubiera llevado a una melancólica autocompasión, ahora me excitaba como sólo es capaz de hacerlo una injusticia grosera o un destino heroico. Silvia no me había encargado nada explícitamente, pero, al hablarme de Natalia, al nombrarla como la nombraba, había sabido imbuirme lúcidamente el convencimiento de que mi vida no tenía por qué ser del todo inútil.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Decidí aceptar la invitación (o la orden) de ir a Gijón. Plácido habrá podido ser muy inteligente, casi tanto como Silvia, pero seguro que ahora no tiene ni el más remoto presentimiento de la noche de amor que le espera conmigo. Seguro que querrá reanudar sus antiguas conversaciones íntimas, que me contará la propuesta de Natalia para utilizarlo como padre de alquiler para dos lesbianas, que querrá detallarme los meses<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que esa gorda convivió con él en Gijón, su supuesto triunfo senil, su consciente autoengaño.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Pero tengo clara mi misión: no le voy a escuchar, le voy a proponer sólo cariño y sexo, me lo va a rechazar, como siempre, y le voy a matar, como es de justicia. Cuando un hombre sucumbe de ilusión y cuando ya sólo es un obstáculo para un final feliz, merece ser ejecutado. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">Después emprenderé solo y en paz mi vuelo definitivo: a tomar por el culo la ortografía, Iván y los cuerpos de esplendor. Vivan las nuevas bodas. El mundo debe estar libre de gilipollas como Plácido y como yo. Y todo saldrá jurídicamente perfecto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">*Perdona, Silvia, pero tú misma se lo explicaste a Plácido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">**Natalia, no te tomes muy a mal, las cosas que digo de ti a partir de ahora. Te odié mucho porque me quitaste a Plácido. Cuando te mando esto, ya no importa nada el odio, pero lo mantengo, porque lo escrito escrito está.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:114%;tab-stops:0cm 35.4pt 70.8pt 106.2pt 141.6pt 177.0pt 212.4pt 247.8pt 283.2pt 318.6pt 354.0pt 389.4pt 424.8pt"><span lang="ES-MX" style="font-size:11.0pt;mso-bidi-line-height:114%; mso-ansi-language:ES-MXfont-family:Calibri;font-size:10.0pt;">***No es una acusación; yo no quiero decir que <b style="mso-bidi-font-weight:normal"><u>conscientemente</u></b> me estabas mandando hacer lo que voy a hacer, que conste.<o:p></o:p></span></p></div></div>Jesús Carmena Martinezhttp://www.blogger.com/profile/03000954967004495084noreply@blogger.com0